domingo, 25 de enero de 2009

Grigori Yefímovich Rasputín

Rasputín

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Gregori / Grigori Yefimovich Novikh Rasputín, nace el 22 de enero de 1869 o el 29 de julio de 1872 en Tumén, Pokróvskoie (Siberia). Su familia era de origen campesino y se formó por sí sólo. De muy pequeño sentía que la virgen María le llamaba y le hablaba. Sus visiones le hicieron muy popular. Predicó el futuro y decía sentir la unión entre la virgen María y el hombre. Dicen quien le conoció, que era un hombre de talla alargada y muy fuerte, así como su carácter. Le apasionaba tanto las mujeres como el vino. Aprendió a hipnotizar a la gente con su mirada y hacer que hicieran lo que él deseaba. Muy pronto se hizo con un grupo que abandonaban también a sus familias para seguirle, como si fuera enviado por Dios para salvar a la humanidad.

Primeros años

Rasputín nació en la region de Tobolsk (actual Óblast de Tiumen) en un pequeño pueblo llamado Pokrovskoye, cerca del río Tura.

Creció de manera salvaje en los campos de Siberia. No tuvo ninguna formación académica y desde muy joven se dedicó al oficio de cuatrero (es decir, ladrón de ganado). Cuando tenía alrededor de 18 años se marchó a meditar al monasterio de Verkhoturye, aunque también es posible que fuera enviado allí como pena por robar.

Su experiencia durante los 3 meses escasos que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Virgen que presenció a la vuelta del monasterio, le llevaron a convertirse en un místico. Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la iglesia ortodoxa conocida como khlysty (flagelantes).

Los khlysty creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor. En las reuniones de esta secta las fiestas y orgías eran constantes y Grigori se convirtió en un acérrimo integrante. El ingreso en esta congregación marcó al profeta siberiano de por vida, y explica la notoria vida sexual que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de hombre santo.

Tras abandonar la secta conoció a un iluminado llamado Makariy, el cual ejerció una enorme influencia sobre Rasputín. En el año 1889 se casó con Praskovia Fyodorovna Dubrovina con la que tuvo tres hijos: Dmitri, Varvara, y María. Se sabe que engendró más vástagos con otras mujeres. En 1901 Se marchó de su región natal y se hizo peregrino. Estuvo dos años viajando por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa, para poder formarse junto a monjes ortodoxos. Aprendió mucho de historia, esoterismo, teosofía, viejas religiones y tradiciones.

De camino a su madre Rusia, mendigó por los campos y los campesinos le ofrecían cobijo y comida. Dicen que él pagaba la ayuda ofrecida por los más pobres, ayudándoles a mejorar o a curar sus enfermedades y preocupaciones.

En 1903 visita St. Petersburgo y se instaló en una pequeña habitación donde prosiguió con su ayuda hacia los más necesitados. No desistió de conocer al conocido inspector de la Academia de Teología en St. Petersburgo, monseñor Teofán. Pronto se haría con la confianza del religioso que le propinó que las puertas de las familias más acaudaladas de la ciudad se abrieran a él sin problema alguno.

Conocido como un hombre santo y escogido por Dios, se fue haciendo un nombre hasta que en 1904, ante la enfermedad del heredero del trono, Rasputín es presentado a la Zarina Alexandra Fiodorovna, una mujer muy religiosa y muy supersticiosa. Al principio y tras visitar al zarévich, la zarina no creyó en los atributos y visiones del monje, pero en una de las ocasiones en que fue llamado a palacio, Rasputín curó de forma temporal al infante, según dicen, mediante la hipnosis. Rasputín pidió a la zarina que se postrara ante Dios y la virgen y suplicara de rodillas por su hijo.

Después de aquello fue admitido por la zarina y el zar a vivir dentro de palacio para poder asistir al zarévich, enfermo de hemofilia, heredada de su madre; pero no las tenía todas consigo, ya que el Zar Nicolás II nunca se fió del todo de él y santón lo sabía, tan solo que dejo que el monarca se dejara influenciar por su esposa para poder seguir junto a ellos.
Gracias a esas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alexandra confió ciegamente en el curandero, ya que las pruebas de sanación que le producía a su hijo eran inexplicables. Confió también en los vaticinios de monje sobre los destinos de la santa Rusia, la cual veía Rasputín en sus visiones «envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas».

Pronto, en 1907 y siguiendo la influencia que la zarina tenía del monje, le colocarían en un cargo público con poder en el gobierno del zar. En el tercer centenario del cumplimiento de los Romanov ante el trono de todas las Rusias, Rasputín fue colocado en un lugar de honor y destacado cerca a la familia imperial.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el zar fue informado de la muerte de los archiduques herederos al imperio austro-húngaro. Al principio el monarca no quiso entrar en guerra, puesto que para él, sería muy difícil y muy duro enfrentarse a sus primos los otros monarcas europeos. Visto que ya nada dejaba entre ver que Rusia entraría en guerra, el zar encabezó el ejército mientras que Rasputín se dedicó a controlar el gobierno, de forma casi absoluta. La fama contradictoria que creó contra la familia imperial por parte del pueblo ruso, hizo que fuera menospreciado junto a los Romanov. El pueblo se levantó en armas, la pobreza, el descontrol político, la inseguridad en Rusia creó que los pre revolucionarios se dispersara y crearan focos de anarquistas.

La corte rusa se escandalizó por su forma de llevar el gobierno, por el poder que había adquirido, por sus hazañas libertinas y otras aventuras. Un día en que se sintió liberado de la ayuda de la virgen, comunicó preocupado a la zarina de aquella sensación. Pronto la zarina le haría ir a la capilla real para ver al Pope y visto que Rasputín, en aquel momento, perdiera la cordura, la monarca y el Pope le echarían seguidamente de palacio. Sintiéndose frustrado y abandonado por su protectora; sermoneado por la iglesia ortodoxa por sus atroces visiones, llamándole “Monje endiablado”, no aceptaría peticiones del pueblo ni de la corte para acudir a sus fiestas ni para servir como sanador. Volvió a centrarse por su gusto por las mujeres y por ello, originó muchos disgustos a la corte rusa

Asesinato de Rasputín

El príncipe Félix Yusupov (que según se dice era un homosexual atraído por Rasputín) y el primo del zar, el gran duque Demetrio Románov decidieron finalmente asesinarle en Petrogrado la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916 para acabar con su influencia sobre la princesa alemana, y acompañado por un grupo de hombres de la corte del zar, preparó un plan.

Llamó a Rasputín a visitar el palacio Yusupov y visitase a una sobrina del zar que se encontraba indispuesta. Le condujeron hasta el sótano para cenar junto al príncipe. Le colmaron de ricos manjares y de muchos litros de vino, la gula era su perdición. Parece ser que entre la comida, su anfitrión mandó colocar cianuro, un veneno mortal que acabaría con su vida. Pero Rasputín, cuidadoso y viendo que ningún invitado ni Yusupov probaban nada, tomo la decisión de no tomar él la iniciativa.

Visto que parecía ser que no querían probar si él no lo hacía antes, admitió una copa de vino de Krimea y otra de Madeira. Seguidamente empezó a comer y a beber ante la atenta mirada de los otros invitados y a cantar a causa de la gran cantidad de vino ingerido.

Finalmente, tras varios intentos previos de acabar con él, Rasputín murió 24 días antes de haber cumplido los 48 años de edad. Fue envenenado con cianuro, pero no falleció. Finalmente, el príncipe Yusupov le disparó, aún respiraba y le golpearon salvajemente y aún así no falleció. Luego, ya creyéndolo muerto hundieron su cuerpo en el helado río Neva. Más tarde se ha comprobado que Rasputin murió ahogado. Una vez en contrado su cadáver en el río Neva le extrajeron el corazón y le castraron, luego fue enterrado en un bosque en una fosa, cerca del palacio de St. Petersburgo con la única compañía de la zarina y un monje. Inhumado, más tarde, fue incinerado por orden del Gobierno provisional.

Sus últimas predicciones alarmaron a la familia imperial, ya que consideraba que veía muy pronto el fin de la familia Romanov y que todos morirían. Tras su muerte comenzaría la Revolución Rusa, con el descontrol del pueblo ruso. Una de ellas, aclamó que si él muriese en manos del pueblo, el Zar podría seguir reinando así como sus descendientes. Por otro lado si muriese en manos de nobles rusos, la vida monárquica en el país tenían los días contados. Y así ocurrió. Rusia entró en la Revolución Rusa y Lenin se hizo con el poder, acabando con los Romanov.
Investigaciones recientes, ofrecen la versión de que para el asesinato de Rasputín, se contó con la participación de los servicios secretos británicos, en donde un agente que residía por entonces en Petrogrado, llamado Oswald Rayner, bajo el mandato de otro agente, llamado John Scale, participó directamente en el asesinato de este personaje.

El pene de Rasputín

En el museo del erotismo de San Petersburgo se exhibe el miembro viril del monje Rasputín de 30 centimetros.
El miembro del monje, curandero y consejero del último zar de Rusia y cuyos excesos sexuales son legendarios, está conservado en una solución de alcohol.






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